Extracto del artículo: Trucos del Merchandising para vender más
Por Pablo Coraje ( www.pablocoraje.es )
Existen varios criterios para colocar el mobiliario en el que se exponen los productos, en función del objetivo que pretendamos alcanzar. Si queremos forzar un recorrido optaremos por una disposición libre pero si queremos maximizar la visibilidad de una cabecera de góndola entonces la disposición sería en parrilla. Una tercera opción, si no queremos que se vean los pasillos transversales, sería colocar el mobiliario en forma de espiga.
Incluso la colocación de los productos dentro de las estanterías condiciona las ventas, aumentándolas o disminuyéndolas en función de la altura en la que se encuentren. Los productos nuevos suelen estar a la altura de los ojos, para llamar nuestra atención, porque serán los primeros que veremos. Los productos que se colocan al nivel de las manos son los más atractivos, ya que empujamos el carro con la mano izquierda y los cogemos con la mano derecha. Este tipo de productos son los que tienen mayor probabilidad de ser cogidos y son los más rentables, ya que en menor espacio consiguen mayores ventas y rotación. Los productos más grandes y pesados se colocan a nivel del suelo y los gigantescos que no están en venta en un nivel superior a la cabeza, para rellenar las estanterías y potenciar el recuerdo. Esta posición también es aprovechada normalmente para colocar carteles informadores u orientadores.
El espacio mínimo para que un producto sea percibido es de tres facing o tres productos puestos consecutivamente. Este facing varía en función del tamaño del producto (no es lo mismo un detergente que una lata de sardinas). En el caso de no llegar a ese mínimo, se recomienda un espacio de 20 cm. Conviene recordar que el lineal es usado a veces como pequeño almacén que no conviene que se quede vacío para no dar mala imagen.